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Obra "Juegos en el Laberinto"
por

KRUOR TEATRO
Poéticas Escénicas



Minotauro
.... Anatomía en Soledad....

un extraño ser...una inocencia cruel... un cierto ultraje...


"Juegos en el Laberinto"; pieza para Actores- Bailarines, Muñecos, Objetos y Teatro de Sombras, esta inspirada en el Antiguo Mito del Minotauro , en la narrativa de Borges con Cuentos como" La casa de Asterión", " El Espejo en el Espejo " de Michel Ende, en la obra " Los Reyes" de Julio Cortázar; donde este ser es el "Señor de los Juegos"... habitante de un Laberinto, habitante de un enigma que devela la unión del Caos y la Tierra, la fragilidad de la existencia y la naúsea profunda que ha causado y causa en el hombre la " Finitud Humana"...

...un camino de espejos rotos, de fragmentos de recuerdos en ríos de sangre muda...ecos de un lamento susurrado...

Subyacen temas como la
Tauromaquía, desde la Antiguedad, descripta
" como el Arte de lidiar con toros"

La tauromaquia (del idioma griego ταῦρος, toro, y μάχομαι, luchar) se refiere a todo lo relativo a la práctica de lidiar toros, tanto a pie como a caballo, y se remonta a la Edad de Bronce. Su expresión más moderna y elaborada es la corrida de toros, un espectáculo que nació en España en el siglo XII y que se practica también en Portugal, sur de Francia y en diversos países de Hispanoamérica, como México, Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador, Panamá y Bolivia. Es también espectáculo de exhibición en China, Filipinas, Estados Unidos y Cuba. Las corridas de toros han despertado vivas polémicas desde sus mismos comienzos entre partidarios y detractores.

En sentido amplio, la tauromaquia incluye además todo el desarrollo previo al espectáculo como tal, desde la cría del toro a la confección de la vestimenta de los participantes, además del diseño y publicación de carteles y otras manifestaciones artísticas o de carácter publicitario, que varían de acuerdo a los países y regiones donde la tauromaquia es parte de la cultura nacional.

Campaña
¡No a la tauromaquia!





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Sobre el Minotauro...


La bestia que se esconde en las sinuosidades del Laberinto Cretense es el Minotauro.No es un toro propiamente dicho, y tampoco es un Hombre, y ha nacido del Caos y de la Mujer. El toro que fue su padre es un animal de Poseidón; el Dios del Mar, bien porque le estaba destinado en sacrificio o porque constituía su regalo a la afortunada Monarquía Cretense.

El caso es que no caben dudas sobre la primera relación entre las aguas del Piélago y la hermosa bestia, ni sobre el hecho de que Pasifae es una Diosa de la Tierra- casada con el Sol; Minos, pero siempre deseada por el ancho Océano que la rodea y la acaricia- y que en su aventura con el bruto se adivina el papel de intermediario que a este le corresponde.

La alianza cósmica que se expresa através de la Unión del Mar y la Tierra (Toro-Pasifae); el lado oscuro de la creación, encuentra su oponente "lógico" en el ámbito celeste, de modo que Minos se desdobla en Teseo para recuperar a Pasifae-Ariadna.

En todas las Mitologías el Universo nace de la unión de los contrarios, manifiesta en el combate o las relaciones sexuales de los dioses del cielo y los de la tierra; los cambios y renovaciones deben de seguir una vía análoga y paralela.
Entre los griegos, el desorden primitivo era un concepto que tenía su proyección en los razonamientos sobre la muerte, la nada, el infierno, o la aniquilación, y se solían representar mediante un Moustruo digamos " especializado".


Luchando contra la anomia en una u otra de sus formas, los héroes griegos, Teseo, Perseo, Herácles, aseguraban el suelo psicológico bajo los pies de sus compatriotas. Y ese grito de esperanza resonaba doblemente en los santuarios donde se realizaba los Cultos Mistéricos..

La cuestión trascendental puede plantarse así: ¿ cual es el motivo de que en todo Laberínto, en todo viaje hacia la resurrección y la vida, hacia la superación de la muerte y hacia el orden y la armonía eternas, haya un moustruo que impide el paso?, ¿ acaso no es ya bastante enrevesado y dificultoso el camino en sí ?, y ¿ porqué es necesaria una doble habilidad para sortear ese obstáculo esencial que el Laberinto simboliza: la sabiduría al elegir los pasadizos, y el valor y la fuerza- en ocasiones otros conocimientos, o la posesión de la magia-para derrotar a la bestia?

Pero volvamos ahora al Minotauro. El Toro, decimos, es un símbolo del Caos, de la naturaleza incontrolada y hostil. Una Fuerza enorme y brutal. También puede ser un energía positiva y favorable, si se logra dominar y encauzar. Símbolo de muerte y anonadamiento, y símbolo de Poder, Fecundidad, Vida. Humanizando a la bestia es posible domesticarla, como se hace en los cuentos populares y en los dibujos animados: la Cópula del Toro de Poseidón con la Reina Pasifae convierta al animal, ahora en su prolongación obvia: el Minotauro, en el plausible principio de la creación.

Ese pacto de sangre entre el hombre y el caos que le circunda, entre la cultura y la naturaleza, es verdaderamente lo que hace posible la existencia. Por eso resulta imprescindible el Moustruo en el Laberinto, porque su derrota señala el punto de no retorno en la superación de la finitud humana, la negación de la nada que amenaza la vida desde antes que esa vida poblara al mundo, la reafirmación de un orden basado en la identidad y la diferenciación plenas, donde " el otro", el animal, el árbol, el trueno o la montaña, son conocidos y clasificados, ocupan su lugar, no amenazan con su ejemplar indefinición el destino futuro de los hombres. Muerto aquel que es mitad hombre, queda el hombre, podríamos decir. Y, según , tendremos ocasión de ver en seguida, el Minotauro es la única, o casi la única, de esas espeluznantes criaturas, que tiene contextura humana, que es una suerte de ensayo fallido de la creación del auténtico ser humano.


Texto extraído
del Libro: " Laberintos de la Antiguedad"; Miguel Rivera Dorado